La navidad en Sinaloa tiene toque de queda

Por: Carolina Espinoza

Publicado en Estilo de Vida, Urban el Jueves 06 Diciembre 2018, 11:50 Am

¡Oh, Feliz Navidad y próspero Año Nuevo!... Lejos de la nieve y el frío, el invierno que se vive en Sinaloa es completamente diferente al que se vive en otras zonas del país, en el que los copos de nieve cubren las calles, autos y azoteas o que el terrible frío y ráfagas de viento hace que las familias deban refugiarse en el cálido interior de sus hogares.

En Sinaloa puedes observar cómo las flores aún llenan los árboles, la mayoría de los habitantes visten playeras y pantalones de mezclilla o los más 'friolentos' se calzan con botas y chalecos. Las familias se reúnen en los patios o cocheras de las casas para poder convivir a sus anchas, y disfrutar de la comida y bebida, escuchando música o reviviendo esos momentos que los hicieron reír o llorar durante el año.

Sin embargo, en ese momento en el que se supone todo debe ser paz, amor y felicidad, se ve empañado por una acción que tristemente se ha convertido en tradición en todo el estado.

Y es que, todo sinaloense sabe que a las 11:30 de la noche del 24 y el 31 de diciembre aquellos que estaban disfrutando de la bebida y compañía de sus seres queridos a la interperie, deben correr a buscar refugio como si se tratara de un toque de queda, pues justo en ese momento comienzan los disparos al aire.

En mis 28 años de vida, no hay un solo recuerdo de estas fechas en las que no deba correr a esconderme a la casa de mi abuela para huir del temor de una bala perdida, o escuchar a mis tías gritándole a mis primos pequeños que corran al interior mientras observan con temor el cielo. Y ahí, apretados en la pequeña casa de mi abuela aguardamos en silencio agudizando el oído.

El ambiente comienza a tornarse pesado mientras el minutero del reloj va acercándose a las 12, y es en ese momento cuando comienzan los estruendos. Esos estallidos que se apoderan de todo y que aún cuando duran poco tiempo se sienten como si el sonido durara una hora.

¿El saldo después de esos 5 o 10 minutos de disparos? Algunas veces es el de algún muerto o herido por bala perdida. Una vez fue una niña, otra una joven mujer, y otras tantas algunos hombres.

A pesar de las múltiples campañas de difusión que ha implementado la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, encaminadas a evitar esta terrible práctica algunos miembros de la ciudadanía hacen caso omiso y continúan disparando sus AK-47, AR-14, M-4, G-3 y hasta Galil, esas que logran hacer que las balas alcancen una distancia de hasta mil 500 metros, provocando que desciendan aún con mayor fuerza.

En Sinaloa, el invierno se vive diferente, pero más la navidad y el año nuevo. Porque la música, las risas y los choques de copas se ven empañados por pistolas, gritos de júbilo de los que visten chalecos antibalas y los aullidos de dolor de aquellos que no tuvieron la suerte de llegar al nuevo año.

La Urbe

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